Hernia Discal lumbar

¿Qué es la Hernia Discal lumbar?

Los huesos (vértebras) de la columna protegen los nervios que salen del cerebro y bajan por la espalda para formar la médula espinal. Las raíces nerviosas son nervios grandes que se desprenden de la médula espinal y salen de la columna entre cada vértebra. (Fig 1)

Las vértebras de la columna están separadas por discos que amortiguan y dejan espacio entre las vértebras. Los discos permiten el movimiento entre las vértebras y hacen de "amortiguadores". Tienen una zona central o núcleo pulposo y una periférica o anillo fibroso (Fig 2).

En la hernia discal lumbar lo que ocurre es que el núcleo se desplaza del centro a través del anillo fibroso y puede llegar a producir una protusión o una hernia discal (la diferencia es puramente el tamaño, la hernia es de mayor volumen que la protusión) (Fig 3).

Fig 1
Fig 2
Fig 3

¿Cómo se produce?

Al contrario de lo que se piensa, el origen traumático es el más infrecuente y el desgarro degenerativo del anillo es la causa habitual. Es muy posible que exista una cierta predisposición genética.

¿Cuáles son los síntomas?

Habitualmente el cuadro clínico comienza con dolor lumbar agudo o subagudo que "bloquea" la columna. Es frecuente que el paciente se encuentre doblado hacia delante realizando cualquier actividad y al intentar incorporarse sienta un dolor lumbar agudo que lo deja en situación de "bloqueo".

A veces de entrada pero otras en horas o en días, el dolor se irradia a una de las extremidades constituyendo un síndrome ciático y caracterizado por dolor en el trayecto del nervio y / o sensación de hormigueo o acorchamiento. El dolor suele aumentar al toser, estornudar, permanecer quieto de pie o al sentarse.

¿Cómo se diagnostica?

El interrogatorio y la exploración del médico suelen ser suficientes para realizar una aproximación diagnóstica.

Las radiografías se necesitan para valorar el estado de la columna.
 
La resonancia magnética es la prueba más sensible para concretar el diagnóstico y definir el tipo, tamaño y situación de la hernia.

La electromiografía (EMG) es otra prueba diagnóstica que, mediante el uso de electrodos, aporta información respecto al estado de la raíz nerviosa, es decir si está dañada.

¿Cómo se trata?

En principio y salvo parálisis en el nervio afectado, la hernia discal es tributaria de un tratamiento conservador, con reposo en la fase más aguda (2-3 días) y medicación analgésica-antiinflamatoria. Es útil el empleo de esteroides (dexametasona) en pautas de corta duración.

El tiempo de espera es de aproximadamente 6-8 semanas. A partir de este momento y si el dolor sigue siendo muy intenso se puede plantear  el tratamiento quirúrgico, sólo operamos antes si hay parálisis por lesión del nervio. Siguiendo este criterio es previsible que al menos un 80% de las hernias discales no precisen cirugía.

Papel de los bloqueos epidurales con corticoides.

Es una opción de tratamiento semiinvasivo, se hace en quirófano y consiste en pinchar un derivado  de corticoide en la zona donde está la hernia, para desinflamar "en directo".

¿En qué consiste el tratamiento quirúrgico?

Básicamente en llegar a la zona dónde está la hernia y el nervio comprimido por ella, liberar éste y sacar la hernia que provoca la compresión.

Hay varias técnicas quirúrgicas y con resultados similares, las más utilizadas la discectomía y la microdiscectomía.